La vida es complicada.
Tenemos “toda” una vida. Tenemos “solo” una vida. Suena parecido pero es muy distinto.
Hoy quiero decirte algo: la vida es difícil.
Estas leyendo bien.
Que si, que la vida es complicada.
Que nadie nunca te dijo que seria fácil. Ni Dios, ni tus padres cuando te trajeron al mundo te prometieron nada. La vida no viene con promesas, ni garantías. Ni mucho menos con manual de instrucciones sobre como vivirla (o como sobrevivirla)
La vida no te trae no hay un manual para la felicidad, ni una guía personalizada con instrucciones. Tampoco hay mapas que te digan que dirección tomar ni que no. Y pues toca improvisar.
No queda otra que intentarlo, e intentarlo de nuevo, intentarlo una tercera vez y ver como sale. Y pues si no era por ahí, pues intentamos otro camino. Nos perderemos mil veces, y nos encontraremos unas mil veces mas. Se nos harán heridas en los pies de tanto caminar sobre piedras pero llegaremos al mar donde la sal nos curará. Probablemente caeremos a los lugares mas profundos, donde no hay luz, solo oscuridad, no encontraremos salida..hasta que aprendamos como construir ese trampolín que nos lleva a volar hasta las nubes y sentir el calorcito del sol de nuevo. Vamos creando nuestro mapa con las experiencias, los errores y los aprendizajes. Hasta poco a poco, conocer nuestra vida cada vez mejor e ir creando nuestro propio manual de instrucciones.
Y asi será, por siempre. Si algo he aprendido es que la vida nunca se ha tratado de llegar a algún destino final, si no de disfrutar el recorrido. Que si lo aprecias bien, incluso con las adversidades, está lleno de risas, atardeceres, amigos, despedidas y reencuentros. Y aunque el camino muchas veces es largo, se hace mas ligero cuando nos enfocamos mas in the view que en la meta.
Y así vamos, improvisando. Tomando decisiones de que cuales caminos recorrer y cuales no. De cuales puertas abrir y cuales no. Y cuando se nos cierra una, se nos abran veinte mas.. hasta que encontremos el lugar al que deseábamos llegar. Y solo cuando nos empezamos a poner cómodos, la vida nos mueve de nuevo. Y ahí vamos, improvisando una vez mas.
La vida es complicada, pero creo que nos las complicamos incluso más. Porque nos gusta. Porque es divertido: el caos, los corazones rotos, las lagrimas, el dolor. Nos complicamos. Enredamos los cables de nuestra cabeza y le damos mil vueltas a todo. A lo que pensamos, a lo que sentimos, a lo que suponemos. Y mientras nos enredamos, pueden pasar dos cosas: o nos electrocutamos o prendemos un bombillo. Y ahí, justo ahí, llega la luz. Llega la claridad y la transformación. Porque solo a través de la incomodidad es que nos movemos de lugar, tanto mental como físico. Y poco a poco, vamos aprendiendo que cables de nuestra cabeza desconectar. Y cuales caminos se sienten mejor para recorrer. Y cuales puertas abrir, y sobre todo cuales puertas cerrar. Y vamos conociendo mejor, como funciona el amor, el caos, el dolor, las relaciones, las experiencias: la vida.
Y no es que la vida se vuelve fácil o menos complicada, si no que nos volvemos mas fuertes. Mas sabios. Mas conscientes. Decidimos porque vale la pena complicarse y porque no. Aprendemos a bailar debajo de la lluvia, a disfrutar el caos que siempre nos viene a enseñar. Apreciamos el sol cuando ilumina nuestra vida con felicidad. Y así, cada uno va escribiendo su propio manual de vida.
Y se que he repetido mucho que la vida es difícil, si, pero también es hermosa, solo si decides apreciar los detalles.
Hay playas, montañas y atardeceres.
Hay libros, café, vinos, música y arte.
Hay abrazos, besos y sexo.
Hay amigos, amores y milagros vestidos de personas.
Hay tantas cosas por ver, por experimentar, por sentir, por vivir que lo difícil pasa a segundo plano porque igual nos vamos a morir y nada importa tanto como pensamos. Solo nos llevaremos lo vivido y lo bailado.
Así que: ¿Problemas? muchos, siempre. ¿Vida? Una sola. No nos queda otra que disfrutar este corto plazo de tiempo que tenemos en la tierra.
Amemos mucho, besemos con ganas y riamos con fuerza.
Tenemos “toda” una vida. Tenemos “solo” una vida. Suena parecido pero es muy distinto.